VOZ TRIBVNERA: MONnMENT[AL]

Gallo negro, gallo de pelea, que domina y se pelea porque vuela el negro bueno. Gallo negro del Alianza Lima que en La Victoria domina y canta en corral ajeno. Y así se cerraba la semana de aniversario de nuestros gloriosos 122 años de vida, cantando en corral ajeno, con inteligencia, eficacia, huevos y, sobre todo, con corazón, con ese corazón Alianza Lima, ese corazón que está hecho para ganar.

Nuestra semana de aniversario coincidentemente se cerraba con una edición más del ‘clásico’ del futbol peruano, en el estadio donde el club de Ate (?) alquila cuando funge de dueño de fecha. Como ya es de costumbre, su dirigente y su CM habían ido preparando el terreno para la llegada del partido, ellos por su lado habían alistado todo para “celebrar”, sin saber que el destino les tenía preparado a un Alianza Lima dispuesto a hacerles la fiesta, en su casa y con sus propios invitados.

Llegaba el día domingo y todos los aliancistas estaban con la sangre en el ojo, queriendo que lleguen las 3:30 p.m. y de alguna manera, al igual que contra el Boys, hacerles pagar la cobardía que había tenido el equipo de al frente al haber desistido de una lucha en la que estábamos los 8 clubes iniciales. Empezado ya el partido, se vio un Alianza Lima con algunas falencias propias de un equipo que apenas jugaba su segundo partido oficial del año.

Poco a poco, los blanquiazules iban acomodándose en el campo de juego y es así que a los 19 minutos del primer tiempo aparecería, quien en un inicio sería la sorpresa en el campo, el colombiano Pablo Sabbag para aguantar un balón en el medio campo, descargar para Peruzzi y correr con el empuje de millones de aliancistas, para recibir el pase de Gino y picar el balón ante la salida del arquero rival y dejar (más) mudas a las 4 tribunas del Monumental, corre y cual si fuera una devolución a lo sucedido meses atrás en el Alejandro Villanueva, se lleva las manos a los oídos para decir “no los escucho cacarear”. Jugadas más, jugadas menos, se terminaba el primer tiempo y a los camerinos a plantear la segunda mitad.

El segundo tiempo iniciaba con un poco más de lo que vimos en la primera parte, con algunos de los nuestros en un nivel al que no nos tienen acostumbrados, pero, como para eso somos un solo puño, tuvimos a un ‘león’ bien parado abajo, despejando, metiendo, luchando cada balón como de verdad se juega este tipo de partidos. En el ataque, Sabbag, Reyna y Costa hacían lo propio, y así fue que nace un gol anulado a Basilio, quien minutos más tarde tendría su propia revancha. Recupera el capitán, toque sutil de Peruzzi para que ‘el capi’ saque centro al medio y ahí esperaba él, Basilio Gabriel Costa Heredia, para cobrarse su revancha y dejar por segunda vez, silenciado el estadio Monumental y a festejar con un 2-0 arriba.

El encuentro continuaba, Alianza con sus armas aguantaba y proponía, pero a los 72 minutos llegaba el descuento del rival, Andy Polo bajaba un balón con la mano, toca por el lado más débil actualmente de los nuestros y aparecía Urruti para anotar el que sería el último gol del partido. Entraron bien Castillo y Zanelatto, pero quien se llevaría los reflectores sería Carlos Zambrano en una jugada que, para mí, estuvo muy bien cortada, pues Piero Quispe se iba con peligro al ataque, roja para ‘el Kaiser’ y saldría como saldría cualquiera de nosotros, jodiendo al rival, porque sí, así son los clásicos y así saldría cualquier hincha. Final del encuentro, un nuevo triunfo blanquiazul y a celebrar.

Semana redonda para nosotros, ganando a los dos equipos que terminaron cediendo a los caprichos de Lozano, festejando 122 años de grandeza pura, quedándonos una vez más con un triunfo delante de su gente. No se puede pedir más en una semana de aniversario, sin embargo, esa semana ya pasó, ahora toca enfocarnos en Vallejo, continuar por el camino del triunfo para el tan ansiado tricampeonato y sobre todo a prepararnos para la copa que tenemos a la vuelta de la esquina.

Un abrazo a todos los grones y como siempre,

¡Arriba Alianza!

Por: menTETRAbada

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