Estación 1901: Y llegamos hasta aquí

Concluyó el Clausura y Alianza Lima lo cerró en el tercer lugar del certamen y primero en el acumulado. Si quiere repetir el título nacional tendrá que enfrentar a su clásico rival en dos partidos de definición; Con este panorama, el cuadro blanquiazul afrontará su quinta definición en final desde la temporada 2018 con saldo en igualdad: Dos victorias y dos derrotas.

Vamos a botar toda la sensación que me he guardado esta semana y que tenía que llegar a una conclusión pasada las cinco de la tarde del 29 de octubre.

Sensación de satisfacción:

Alianza tuvo dos caras a lo largo del año. El Apertura lo ganó casi sin despeinarse y con un trabajo individual excepcional; es más, casi desde la sexta o sétima fecha tomó la punta y no lo soltó más ganando el torneo incluso con dos fechas de anticipación. El Clausura fue otra cosa y las lesiones, el cambio de técnico y lo poco convincente en propuesta colectiva marcaron la segunda parte del año. ¿Dónde está la satisfacción? Precisamente en que, ante tantas bajas, Mauricio Larriera pudo encontrar soluciones y armar un once base para terminar la temporada. Ocurrieron también sucesos que mermaron un poco la interna del grupo pero aún así Alianza llegará (o debería llegar a la final) con una sensación de tranquilidad porque recursos hay para afrontar la definición.

Sensación de bronca:

El fastidio da porque se pudo haber ganado el Clausura y prácticamente algunos papeles se revirtieron. Al principio del torneo, en diversos posts, espacios en Twitter o en Youtube, se advirtió que Alianza tendría cuatro salidas complicadas en altura; tres a Cusco y una a Juliaca. Pues de las cuatro salidas Alianza logró ganar ocho puntos de 12 en disputa. Genial, magnífico para nuestros intereses. Pero cedió puntos, que al menos me incomodaron en demasía, ante Sport Boys, FBC Melgar y ADT, estos tres partidos en Lima. Y finalizada la etapa regular, también me hizo ruido ver que algunos jugadores, por sobre quienes se había depositado una confianza plena dadas sus condiciones, no terminaron dando la talla y terminaron siendo resistidos por la hinchada, una barra exigente y que a puertas de una nueva final, se hará sentir nuevamente. La bronca en lo deportivo está ahí; sobre lo otro post empate con ADT, en la consciencia de los involucrados quedará si tienen o no interés en remar hacia el éxito deportivo para la institución.

Y listo, que pase lo que tenga que suceder.

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