“Hicimos el fútbol que le gusta al hincha aliancista”. Quien ha leído el Libro de Oro de Alianza Lima, recordará que es la frase con la que abre la sección dedicada al maravilloso plantel bicampeón 1977 – 78. La frase corresponde al mítico Teófilo Cubillas, el “Nene”. Evidentemente los años han pasado y lejos está ese Alianza que encandiló a su afición y hoy, muchos reclaman por jugar bien, por un fútbol champagne.
La pregunta es recurrente: “¿Prefieres simplemente ganar o ganar jugando bien?”. Desde la llegada de Mauricio Larriera, salvo la visita a Cusco FC, se ha hecho sentir cierto fastidio en el hincha de Alianza. Claro está que el 2023 nos da la oportunidad de consolidar ver fútbol y llevar las opiniones a las redes sociales. Twitter está inundado de opiniones y puntos de vista a favor y en contra de determinada acción y en el caso de Alianza, al ser el equipo más importante del país, no hay excepción.
Desde el partido con Huancayo hasta el juego con Alianza Atlético, mucho eco se hizo a lo mal que juega Alianza. Pero, salvo la segunda visita a Cusco, Alianza ha ganado sus tres partidos de local y por el mismo marcador: 1 – 0. El hincha quiere ver goleada, quiere ver un fútbol aplastante pero las condiciones no están dadas para eso.
Siendo honestos, lo que vemos es por momentos un equipo errático en la volante, jugadores muy por debajo del nivel que uno esperaba ver como Gabriel Costa o Cueva. Vemos a un Barcos que tiene que bajar hasta mitad de cancha para reclamar pelota cuando su función es más adelante. El equipo no ha respondido a la exigencia del hincha en lo colectivo (es más, no hubo un colectivo claro si consideramos que el Apertura fue premio a la calidad individual del plantel).
Pero, en los tres partidos de Larriera, el equipo ganó y mantuvo el arco en cero. Yo quedo satisfecho con eso pues para mí, el fútbol de hoy ha cambiado y el peruano, hace tiempo dejó de tener un equipo que brille en su juego y con ese brillo sea capaz de ganar un título. Miremos nomás los últimos tres títulos de Alianza, premiado por la efectividad propuesta por Pablo Bengoechea, Carlos Bustos y recientemente “Chicho” Salas. Y el hincha fue feliz, celebró porque finalmente, es un campeonato más, un trofeo más al palmarés.
Soy partidario del juego efectivo y de los tres puntos ganados, ajustando, pero obtenidos, al fin y al cabo. Molesta quizás el trámite y llega a impacientar en grandes pasajes de la temporada, pero al final de los 90, victoria al bolsillo, uno puede quedar tranquilo. Hoy me tranquiliza por ejemplo que la defensa responde con un Pablo Míguez tomando la responsabilidad y un Gino Peruzzi que ingresó bien tras su ausencia por lesión. No es el Alianza de los 70, ese equipo que encandiló quedó en eso, en la bonita historia del Club; hoy y por las circunstancias actuales, toca sumar de a tres como sea, pero sumar. Cada punto es importante.
Y como decía el “Topo”: “El espectáculo es ganar”.