El regreso a casa fue con mucho sinsabor y al resultado final del juego con ADT hay que añadir la pálida imagen que dejó Alianza durante los más de 100 minutos de tiempo efectivo.

La figura de Alianza la tarde del sábado 21 fue, en mi opinión Yordy Vílchez. Respondió cuando fue exigido y redondeó una actuación sobresaliente ante un ADT que vino a proponer su partido y a no esconderse, fiel al estilo Franco Navarro. Complicó y eso es lo que debería haber llamado la atención de Mauricio Larriera al finalizar el partido.

Pero ya con una final en el frente ¿estamos preparados para el reto?

“Fe” fue la imagen que adornó la tribuna oriente antes del partido. Pero con la fe no se ganan campeonatos, con la fe no se puede definir un partido tan cerrado. Preocupó mucho que los rendimientos flojos de la era Larriera hayan sido jugando en calidad de local y que los jugadores llamados a “romperla” simplemente desaparecen cuando la situación se pone picante. El sostenimiento de Hernán Barcos o de Míguez en defensa se agradece y valora, pero ambos no van a durar para siempre, ambos también sienten el rigor del partido.

Si en el partido con ADT las figuras estuvieron escondidas ¿qué nos va a deparar en la final? Ya hay una experiencia un tanto amarga cuando en 2009, el todopoderoso Jhonnier Montaño, figura en la temporada, se escondió en las dos finales ante el clásico rival. ¿Vamos a tolerar que la figura se repita en 2023 con Reyna o Concha? ¿Hasta cuándo se va a sostener a Jesús Castillo? Porque desde su renovación, su rendimiento bajó – salvó el partido en Juliaca – y esta vez ante los tarmeños, quedó muy al debe.

Y párrafo aparte, claro que si, lo merece Christian Cueva y (con mucha pena lo menciono) Gabriel Costa. Cuando hay sustituciones, uno espera que haya una mejora, que haya una solución que aporte a que el equipo mejore en el camino del partido, Pero ni uno ni el otro fueron solución y la salida de Cueva del terreno de juego, insultado a pleno por la gente en Sur y Oriente, ratifica lo que he pensado: Vino a engañar a la gente, vino a pasar un buen rato fuera del estadio porque en el gramado de juego, apenas es un fantasma. Sobre Costa, no es el jugador que desequilibró en su paso anterior por el club, en su paso por Sporting Cristal y en Colo Colo. Desconozco al jugador que me entusiasmó y que hoy es vapuleado por una hinchada que exige y que quiere funcionamiento. Costa tuvo el gol en sus pies y falló, desde mi lugar en tribuna, clamorosamente.

No puedo mentirme ni mentir a quien lee este artículo, pero el panorama de cara a la final me preocupa. ¿Es este el camino que propone Larriera? Vamos a seguir rifando la suerte a los pies del “Pirata” y de ahí nada más. No hay sorpresa, no hay inventiva y peor aún, me genera preocupación que haya un miedo escénico a esa exigencia llamada “tricampeonato”. Veremos qué sucede.