Estación 1901: Con aroma a café

Si, este post está siendo elaborado en medio del primer tiempo del juego entre Alianza Lima y Carlos A. Mannucci. Hasta el momento, el bicampeón se impone 2 – 0 con goles de Andrés Andrade y Pablo Sabbag e inmediatamente se encendió la idea: Los aportes colombianos en la institución.

Colombia tiene un lugar especial en la historia de Alianza. Desde jugadores e incluso entrenadores, el país del café entró poco a poco en el corazón del club y tenerlos en consideración es casi una obligación. Son varios colombianos que llegaron a la institución, pero pocos los que lograron quedar en la historia y un par que está escribiendo la misma y que esperamos, consagren su paso por el club a fin de año.

El primero no fue jugador, sino que estuvo al filo de la cancha dirigiendo a una generación de jugadores que merecía ser campeón. Jorge Luis Pinto llegó en 1997 con la obligación de coronar a Alianza tras casi dos décadas sin poder celebrar un título nacional y quedó al frente de un grupo de jugadores – muchos de la casa – que entendieron su mensaje y consiguieron el objetivo. Los números de Pinto solo en ese 1997 fueron brillantes y cerrar el año con un doble 5 – 0 es prueba de la enorme superioridad que mostró Alianza para ser campeón. Pinto le dio fútbol y disciplina a una de las mejores versiones que se vio de Alianza en su historia. Recordemos que Pinto tuvo una segunda etapa en el club y el punto alto fue la conquista del Torneo Clausura en 1999.

Yendo a los jugadores, el recuerdo de Malher Tressor Moreno aún perdura. Llegó para la temporada 1999 y fue el debut en profesional para el cafetero que años después, llevó su fútbol en su país natal, México, Francia y a la Selección Colombia. Dueño de la “7”, Tressor conformó un tridente junto a Waldir Sáenz y Claudio Pizarro. Jugador veloz y con gol, su paso es bien recordado por los hinchas blanquiazules al momento de hacer el recuento.

Llegó en 2016 y fue parte del cuadro campeón en 2017. Lionard Pajoy llegó con un cartel importante de goles en Unión Comercio en el 2015 y si bien, su producción goleadora en Alianza no fue similar a la del cuadro de Nueva Cajamarca, supo asentarse como titular, anotar algunos goles y obviamente, celebrar un título nacional con el cuadro del pueblo.

El 2023 está en proceso, pero el inicio de Andrés Andrade y Pablo Sabbag es auspicioso. Siete goles de Sabbag (hasta el 07/05) en el ataque blanquiazul y un camino de menos a más por parte del “Rifle” enciende la ilusión entre los hinchas. El romance Alianza Lima – Colombia puede prolongarse con ambos jugadores, que de por sí están demostrando su importancia y el por qué vienen siendo considerados en el primer equipo.

Mención honrosa:

No podía cerrar el post sin dejar de mencionar a un par de jugadores del país del café que me emocionaron en algún momento, sin embargo, se fueron de Alianza sin celebrar título alguno. Disfruté en contadas ocasiones de Jhonier Montaño, en especial el de la versión 2009. El ex Parma de Italia llegó en el 2008 tras romperla en Sport Boys y tuvo dos temporadas regulares en Alianza, regalando pasajes de buen fútbol y conducción. Sin embargo, lo visto entre 2010 – 12 y 2016 estuvo lejos de lo primero que vimos y se marchó casi en silencio de La Victoria. El otro nombre es el de Carlos Preciado, de apenas un año en la institución pero que anotó uno de los goles más gritados en clásicos de la última década: Aquel 1 – 0 en Matute en el que ganamos con seis bajas titulares.

Hasta la próxima parada.

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