Cuando me dijeron que esta semana escribiría específicamente sobre el partido del jueves por la noche contra Melgar, no tenía otra opción en mi cabeza que no sea la de hacerlo con una sonrisa en el rostro luego de haber terminado a las 5 a.m. en LEDLA y con los 3 puntos que nos colocarían por encima de los rojinegros en la tabla del torneo Clausura, sin embargo lo que pasó anoche, no fue más que un punto que dejó una sensación de frustración, rabia, enojo, no sé ni cómo llamarlo; y aun así, aquí estoy, con una taza de café y la gloriosa blanquiazul bien puesta en el pecho para recordarme que si este amor no nace de copas ni muere en derrotas, peor va a ser en empates.
Jueves 28 de septiembre, jugábamos por la fecha 16 del torneo Clausura de nuestra “emocionante” Liga 1 contra el Melgar de Arequipa, el destino nos traería a esta fecha ubicados en el cuarto lugar de la tabla con una diferencia de 2 puntos con el primer lugar, que sería justamente nuestro rival a vencer, por lo que, un triunfo del equipo del pueblo significaría pasarlos en la tabla y empatar en la punta con el equipo de Ate que justamente había ganado en el partido previo, gracias a un gol que “se le escaparía” al arquero Grados de la UCV.
Los números nos decían que los íntimos de La Victoria nunca habían perdido este año en casa, mientras que “el dominó” era el tercer mejor visitante y además venía de una racha de cuatro triunfos consecutivos, por lo que se podría esperar un partido muy parejo, hecho que hasta cierto punto fue así, pues en el desarrollo del juego se vio a un equipo arequipeño, al parecer, conforme con el empate, el cual, si sus aspiraciones son ganar el Clausura, le serviría de muy poco, considerando que les falta descansar una fecha y en Trujillo ya había ganado el equipo de Breña. Durante los más de 90 minutos, se vio a un cuadro visitante dedicado a hacer el mayor tiempo posible, su arquero demoraba la vida en absolutamente todos los saques de arco y nunca vio la cartulina amarilla, como dije, ellos parecían conformes con el empate, como si su misión hubiera sido arruinar la fiesta por sobre obtener la chance de mantenerse como líderes del Clausura.
El partido iniciaría con unos primero minutos donde los arequipeños presionaban a los blanquiazules, sin embargo, la primera opción clara de gol para el equipo íntimo la tendría Marco Aldair Rodriguez, “Aldinho”, a los 10’ luego de un buen regate, toma una mala decisión y en lugar de habilitar al pirata que estaba solo a un lado, saca un remate débil a las manos del arquero Cáceda. Minutos más tarde, llegaría la acción más determinante del partido y el principal protagonista, lejos de ser algún futbolista, fue nada más y nada menos que el impresentable Diego Haro, quien luego de haber sido llamado por el VAR para revisar una clara agresión con el codo por parte de Bernardo Cuesta sobre la cara de Carlos Zambrano, decide zurrarse en todo y sacarle una simple amarilla en lugar de la roja directa que era lo que ameritaba la situación, esta acción hubiera significado que los rojinegros jueguen con 10 hombres casi 60 minutos del partido.
El segundo tiempo sería un poco más de lo mismo, pelotas y pelotas largas, Hernán Barcos luchando arriba y justamente sería el “pirata” quien tendría las dos opciones en donde más cerca estuvo el gol en el arco de Cáceda, a los 67’ y a los 79’ la fortuna y el arquero serían quienes le nieguen el grito de gol a Hernán, en la primera, la pelota se iría desviada y en la segunda, una atajada de Carlos evitaría que el cuadro blanquiazul se ponga arriba en el marcador. Los ingresos de Reyna y Cueva tampoco marcaron diferencia, ni generaron ocasiones de gol, más bien sería el dominó quien estuvo cerca de ganarlo sobre el final, tras una jugada de un viejo conocido, que milagrosamente termina con un remate en el travesaño, salvando el arco de Angelo Campos, que dicho sea de paso solo tuvo una intervención importante y fue a los 69’ frente a D’Arrigo.
Ahora, es cierto la misión de ellos pudo haber sido solo aguar la fiesta, y que además, nos tocó enfrentar una vez más al peor arbitro de la historia del futbol peruano, pero no podemos tener un juego tan predecible como el de ayer, el equipo blanquiazul parece que se olvidó de jugar al futbol luego del descanso, donde después de un primer tiempo relativamente “aceptable” llegó un segundo tiempo en que la desesperación se apoderó de los jugadores aliancistas e hicieron que empezaran a tirar y tirar y tirar y tirar centros en un 95% improductivos y predecibles, y eso en parte es responsabilidad del profe Larriera, ya que si ve que una estrategia no está funcionando, la debió haber cambiado, el juego que más peligro había llevado a los arcos rivales en los últimos partidos, es cuando se dieron asociaciones, pero nada de eso se vio anoche y el resultado, fue que no se pudo anotar en el arco rival y un amargo 0-0 en el coloso de Matute.
En fin, el partido ya terminó, la frustración quedó ahí y toca mirar hacia adelante, que, si bien es cierto, no dependemos de nosotros, tampoco estamos descartados de un posible tricampeonato sin definición, ahora dependemos de otros resultados, pero seguimos vivos y es lo importante, toca mirar hacia lo que viene y jugar todos los partidos que restan con la responsabilidad debida y, en caso de darse, estar preparado para todo porque esto es Alianza Lima, el club más grande e importante del país, y la historia dice que jamás nos den por muertos, porque es cuando más sale a flote nuestra grandeza.
¡Arriba Alianza!
Por: men‘TETRA‘bada