Café Pasado #16: Jamás serán loc(AL)es

Más allá de la enorme rivalidad que siempre ha existido con Universitario, en los últimos años fue creciendo la hostilidad con un equipo que, valgan verdades, vino haciendo las cosas bien en los últimos años. Luego de la noche del viernes, puedo decir que, para FBC Melgar, ganarle a Alianza Lima es el orgullo más grande que pueden tener. Esta vez nos tocó perder y de una forma que da mucha bronca, pero que nos quede la satisfacción de que, pese a estar en Arequipa… JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS  SERÁN LOCALES PORQUE NOS TIENEN MIEDO, ROCOTO MARICON.

En el partido del día viernes nos tocó perder, pero perder mal y nos da mucha bronca porque sabíamos que, pese a la altura, este era un rival al que le podíamos ganar caminando. Las ausencias de los titulares, sumado a planteamientos desacertados y tardíos cambios, hicieron que Alianza Lima pereciera ante un pequeño que se computa grande como lo es FBC Melgar.

En un partido complicado, Alianza saldría al campo sin esa arrolladora presión alta que nos caracteriza, pero igual complicando en arco rival como con el disparo al palo de Aldair. Aunque, siendo sinceros, ya es una tendencia que jugamos de visita estando más cerca a nuestra área que a la del rival. Esto pasó factura llegados los 45 minutos de la primera mitad. Mala cobertura de García por izquierda, Martínez lo elude, centro arrastrado al corazón del área y gol de Magnin, quien aprovechó la distancia que le dio Vilchez, para irse al descanso con la ventaja en el marcador.

Iniciada la segunda mitad, Alianza salió a buscar el empate a como de lugar. Es así que, luego de 8 minutos, Sabagg anotaría la paridad a los 53’ a través de una jugada de tiro libre. Centro al área, balón que rebota en un central arequipeño y le queda precisa al Jeque frente al arco. Nuestros 9’s, aunque los incomoden y marquen con tres jugadores, siempre se las arreglan para hacer goles.

Luego de esto, se notaría la intención de Alianza de irse, al menos, con un punto asegurado. La falta de un replanteo, que tu primer cambio sea por un central o el tardar tanto en realizar cambios fueron  señales claras de que se priorizó cuidar el resultado. Curiosamente, Chicho parecía salirse con la suya y con un punto en una ciudad complicada, pero…

Saravia, con nerviosismo, se equivoca y manda al córner un balón que se perdía solo. Centran los dominó, se arma un bolondron en el área y termina en gol de Cuesta a los 95’ minutos. Celebran los arequipeños, los blanquiazules estallan en rabia, pero nunca cesa el aliento. El juez del partido, el siempre terrible Diego Haro, hace sonar su silbato y declara el final del encuentro. Nos fuimos a casa con las manos vacías.

Estos son momentos algo tensos en Alianza porque siempre se exigen resultados, pero que la gente mantenga la confianza en el equipo y que siempre porque aún  falta mucho y tenemos con qué creer. Esta vez le tocó equivocarse al Chicho, pero aquí no lo vamos a destrozar, él sabe aprender de sus errores.

La fe intacta en este grupo. Dale que nos aseguramos la final directa, carajo.

Nos vemos el martes para seguir con el sueño de la Libertadores.

TODA LA VIDA… ARRIBA ALIANZA LIMA.

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