No quiero pecar de poco humilde, pero para los aliancistas, las victorias en Perú se han convertido en una bonita costumbre. Ganamos, no en nuestra casa, pero sí de locales. Qué gran manera de empezar el Clausura y de decirle al resto de equipos que se cuiden, que Alianza está con hambre de Tri. Hace mucho no disfrutaba de verdad un primer tiempo como el del viernes: sólido desde el inicio, con mucha seguridad de la mayoría de futbolistas, con un gol tempranero y el arco invicto.
El tanto del querido viejito Barcos fue una de las alegrías de este partido, porque no solo lo consagró como el máximo goleador extranjero de toda la historia del equipo, sino porque reafirmó lo importante que es para este grupo. Que tranquilidad nos regala. Que tranquilidad sabe regalarse a él mismo, porque fue capaz de reponerse de un penal atajado, esperar la revisión del VAR y finalmente, clavársela a Fernández.
Comentario aparte es el partido que se jugó Concha, quien parece haber despertado para demostrar que no solo está a nivel de selección, sino que podría ser determinante para salir campeones otra vez. Saludo que de esta forma se una al discurso de Reyna, quien en su momento afirmó que Alianza sería el equipo que lo llevaría a jugar afuera. Concha fue importante, no solo por el pase a Castillo, que finalmente fue derribado y permitió que se nos cobre un penal, sino que regresó al gol y con una buenísima definición donde lució un mano a mano con el arquero.
Los cambios de ‘Chicho’ esta vez tuvieron más lógica. Christian Cueva, a los 79′ le dio al palo. Si hubiese entrado, habría callado varias bocas, porque estos últimos días la prensa y la hinchada ha sido ingrata con nuestro Aladino después de los gritos desaforados de Paolo Guerrero en el Perú vs. Japón. Luego estaría el intento de Bryan Reyna, que también viene de una semana complicada después que su padre enfrentó a un grupo de reporteros que acosaban a nuestro futbolista.
Alianza ganó muy bien y el Nacional se pintó de blanquiazul para una noche feliz. Volveremos este fin de semana para ver al equipo ganar frente a Muni. La alegría parece inevitable cuando todos, hinchada, dirigentes y jugadores se dirigen a un mismo objetivo y no se distraen con el ruido que otros generan para hacernos caer. Nos vemos en el estadio, y los que no podrán acompañarnos, prendan Gol Perú, que la Federación Peruana de Fútbol ha quedado payasa y ahora Movistar nuevamente pondrá a rodar el balón.