Pasó la noche posterior a una derrota de Alianza Lima que duele por tres. Raro afirmar algo así pero me quedé con tres sensaciones atragantadas tras el pitazo final de Facundo Tello y una desazón que difícilmente se va a ir; porque otra vez Alianza se va en una fase de grupos y toca comenzar de nuevo.
- Lo deportivo:
Parece que el haber roto esa racha sin ganar por Copa terminó por contentar a más de uno y conformar con que se ha cumplido. Tengo esa sensación y quizás estoy equivocado, pero no he visto una propuesta de juego clara por parte de Guillermo Salas para afrontar un torneo, que nadie dijo que sería fácil. En redes, comenté que Alianza fue de regular a menos en esta fase de grupos y anoche, no solo falló el CT sino también no se notó en los jugadores el gesto de ir al frente sabiendo que no valía otro resultado que el triunfo. Lamentablemente, la Copa Libertadores no encontró a algunos jugadores en un buen momento futbolístico, como Pablo Lavandeira (de gran cierre en 2022) y el “refuerzo” Cueva y a ello, sumar que las lesiones (ver punto 3) nos jugaron también una mala pasada en esta Libertadores que uno desea terminar, como los anteriores, olvidando.
“Perjudicados por el VAR” fue lo que marcó tendencia en redes finalizado el partido, pero quitando ese punto, Alianza no justificó en sus dos últimos partidos de local, el por qué debía pelear por un cupo en octavos de final y por eso su despedida temprana. Si era un momento en que debía dejar los temores y el miedo escénico de lado, era ahora, por cómo se había conformado el plantel y las expectativas generadas entorno a un equipo que en el medio local está logrando un rendimiento superlativo. No soy de los que espera que Alianza baile o juegue bonito, mil veces he dicho siempre que prefiero ganar al como sea, pero terminar con los tres puntos en el bolsillo; pero Alianza no lo buscó ni ante Libertad ni ante Atlético Mineiro y en los últimos 10 minutos, no nos va a salir lo que no fuimos capaces de hacer en los 80 anteriores. ¿Salas? Si, el comando técnico tiene responsabilidad, pero no me subo al tren de quienes piden que se vaya; toca resarcir y verse obligado a ganar nuevamente el título nacional (salvo ocurra un milagro y se clasifique a la Sudamericana).
- El VAR
Soy muy contrario a la implementación tecnológica en el fútbol y ayer ratifiqué mi idea. Aunque es finalmente la decisión humana quien termina definiendo determinada jugada, pero ¿para qué está la tecnología? La posición adelantada que terminó por impedir el penal que iba a ejecutar Barcos es un absurdo dentro de lo aberrante que termina siendo la “innovación” en este deporte, y lo que molestó más fue que se tuvo que esperar casi media hora para recién tener una repetición de la mano de Bruno Fuchs previo al gol de Hulk. Perú no tiene peso dirigencial y menos aún, la FPF no pondrá las manos al fuego por Alianza conociendo que, desde hace tiempo, quiere perjudicarlo. Y peor, se viene un Clausura con la implementación de esta desgracia de sistema, así que toca estar preparados.
- Cuerpo médico
Anoche, el hospital “Alianza Lima” contó con el ingreso de un nuevo paciente: Pablo Sabbag. Con él, son cuatro ahora los jugadores que están con lesión y todos titulares: Andrés Andrade, Gino Peruzzi, Gabriel Costa y el citado Sabbag. A ellos, sumar a Carlos Zambrano, que anoche jugó con un malestar y Ángelo Campos, que reapareció tras el partido ante Mineiro en Belo Horizonte. En una situación normal, uno esperaría la recuperación de todos ellos, pero el presente dice otra cosa. Todo estado de los jugadores se filtra por la prensa y no hay una comunicación clara por parte de la institución respecto a la salud de nuestros lesionados. Necesitamos transparencia e información clara para evitar rumores que salen por las redes y que inquietan a más de uno. Además, cuatro lesionados es mucho y da para cuestionar el rol del cuerpo médico y del preparador físico ante este panorama.
Una Copa Libertadores más en que se termina saliendo por la puerta de atrás. La expectativa era complicada, no dejaré de reconocerlo, pero quería ver un Alianza con un espíritu combativo y que complique a sus rivales, pero no vi eso y es lo que más jode, es ese trago muy amargo que cuesta pasar. Vamos a lo de siempre, conformarse con el torneo local y con un Clausura que será mucho más exigente.