Dictan las líneas de una conocida canción por los aliancistas: “como todos los años se renueva el amor, siempre alentando tú me verás”, pues así comenzamos todos los eneros, renovando el amor, renovando la ilusión, renovando el compromiso y la fe; pues así es el hincha, pasional por naturaleza, aún cuando lo racional le recuerda los años en donde tuvo caídas dolorosas, en enero vuelve a encenderse esa llama de la ilusión, apagada muchas veces por ventarrones de los fríos números, pero que tiene un combustible interminable que hace que siempre se vuelva a encender, porque el hincha aliancista, el hincha aliancista es así, no conoce de abandonos.

Así arrancamos esta nueva temporada, con caras que nos alegra ver que sigan llevando nuestros colores, algunas bienvenidas y otras dolorosas despedidas, (pues, al fin y al cabo, así es este bendito deporte llamado futbol). Con un equipo que da para decir que ahora sí está reforzado, con gente que a priori, uno dice “este plantel está para soñar”, pero vayamos con cautela, la pasión puede ser el arma con la que terminemos matándonos.

Este año, aún cuando los gerentes deportivos de Twitter decían que ellos mismos lo podían hacer mejor, cuando los primicieros se peleaban por los likes y el “yo lo dije primero”, cuando ya se hacían hígado porque se “caían” nombres que oficialmente nunca habían visto la luz, Bellina y su “GESTIÓN”, nos dicen “¿qué fue mano?”. Como hincha sé que debemos ser exigentes, y creo que todos queremos lo mejor para nuestro amado Alianza Lima, sin embargo, zapatero a su zapato, nosotros desde nuestro lugar, alentado y jodiendo si se tiene que hacer, y el gerente deportivo, en su chamba, la cual solo con el tiempo podremos saber si es aprobada o no.

En la previa se comentaba mucho sobre la formación y cómo jugaría este nuevo Alianza 2023, quiénes arrancarían o a quiénes sentaría el profe “Chicho” eran las principales incógnitas, y si bien es cierto, no se contó con la totalidad de los jugadores que conformarán el plantel este año, la tarde blanquiazul dejó tener una idea de cómo se pararía el equipo, al menos jugando de local. Creo yo, que hoy en día, pocos son los “indiscutibles” en el 11, fuera de Campos, Peruzzi y Ballón, todos los demás puestos van a estar muy peleados y será un bonito dolor de cabeza, para los intereses del equipo.

Este nuevo Alianza nos da para soñar, para creer y volver a ilusionarnos, claro está que nada tendría que ver los planteles anteriores y lo pasado, pisado debería estar, pero la experiencia hoy nos dice, vamos tranquilos, paso a paso, con humildad, pero con mucho corazón, con esa sangre caliente que se necesita para dar pelear internacionalmente, porque el hincha ya se cansó de nombres, se necesitan hombres que peleen y tengan la misma visión que tenemos nosotros, ir a por todo en copa, y traer a casa un nuevo tricampeonato.

Hasta acá llegamos con esta nueva columna, no sin antes enviarle la mejor de las energías a todos los viajeros que irán hasta Piura siguiendo a los colores, y si Dios lo permite, por allá nos veremos. Que todo aquel que este año acompañe al equipo regrese siempre con bien a casa porque los nuestros nos esperan.

¡ARRIBA ALIANZA!

Por: Bryan ‘menTETRAbada’ Aguilar