Turista en Matute: Esto aún no se acaba

Que feo es perder después de un seguidilla de partidos, pero siendo sinceros, con el corazón en la mano y dejando a un lado mi hermosa camiseta blanquiazul, Atlético Minero -que afinado, no estuvo- fue más equipo de principio a fin que Alianza Lima.

Los pases imprecisos de los grones, el hueco espantoso en el mediocampo, los pelotazos a la espalda de Richi Lagos, un nervioso Sabbag que jamás habíamos visto hasta ese día y un Andrade para el olvido, eran suficiente para que los brasileros nos sacasen una goleada. Afortunadamente eso no ocurrió porque alguien nos mira y nos quiere desde el cielo. O porque tenemos al ‘León’ y su categoría en la defensa; y bajo los tres palos, al heredero de quien en su momento fue San Leao: el ‘Mono’ Campos, que, como leí por ahí, si no es llamado a la selección es porque es aliancista.

Caso aparte es lo que ocurrió con Chicho este miércoles. Todavía no entiendo cómo no le bastó ver nuestro pésimo primer tiempo para darse cuenta que necesitábamos el ingreso de Zanelatto y Cueva desde el arranque de la segunda mitad. No sé si hubiésemos podido hacer mucho, pero quizás no nos habríamos comido esos dos goles.

Sin pelos en la lengua, nos salvamos por mucho de haber regresado a la realidad de ediciones anteriores de la Copa Libertadores. Y no me sorprende que el encargado de regresarnos a la humildad haya sido un equipo brasilero, acostumbrado a ganar, de toque rápido, con velocidad, con figuras, de buenas contras y con harta hambre de gol, porque si me pagaran por cada remate que hubo a nuestro arco, ahorita estaría disfrutando de mis millones.

Ahora toca mirar hacia adelante, aunque cueste y aunque joda. Estamos en zona de clasificación a octavos y con esos partidos faltantes en Lima nuestras chances aumentan. Tenemos a Matute en su mejor versión y a la gente que siempre responde para hacer el aguante a los muchachos los 90 minutos.

Además, este domingo también hay la posibilidad de regresar a la punta de la Liga 1, un empujón anímico que ayudaría a cerrar varias bocas, incluyendo a la Federación Peruana de Fútbol, que disfruta complicarle las cosas al equipo. Vean no más la programación de partidos para la siguiente semana, un absurdo que finalmente, tiene un claro propósito: sacarnos de carrera. La futura implementación del VAR, con el lamentable arbitraje que tenemos fecha tras fecha, es otra prueba que papá Lozano está haciendo hasta lo imposible para que todos los resultados puedan ser controlados. Vaya delincuente.

Contra todos y con todos los nuestros, aun con mucho camino por recorrer, esto todavía no acaba. Como diría mi querido amigo tuitero Edu Sobrino, estamos muy mayo.

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