Terminado el partido contra Mineiro, pasó por mi mente lo mismo que pensé cuando acabó la primera fecha de la Copa Libertadores contra Paranaense: Que bronca que no nos alcance teniendo lo que tenemos. La inversión estratégica que hizo Alianza Lima a inicios de año, las poderosas individualidades incorporadas al equipo, el buen ambiente en el equipo, futbolista clave en un buen nivel, el haber mantenido este año un DT efectivo y los incentivos a la hinchada para mantener la cALdera encendida. Una vez más no fue suficiente para poder pasar a octavos en la Copa. Indudablemente, este año nos ha ido mejor. Y la ilusión estuvo ahí, especialmente después de la victoria frente a Libertad. Pero el Grupo terminó siendo una vez más determinante (nos enfrentamos con equipos que lideran sus ligas) y, a mi parecer, la inexperiencia de Chicho para tener velocidad en los recambios en competencias internacionales, pesó demasiado.
Pero no voy a llorar sobre el agua derramada. Otros compañeros del blog ya hicieron un análisis minucioso del partido, por lo que a mí me corresponde levantar el rostro y pensar en el futuro: sumar e intentar alcanzar la Sudamericana. Es dificilísimo. Pero nos jugamos la vida contra Paranaense de visita. Sí lo logramos, y Mineiro vence a Libertad, todavía seguimos vivos.
Por otro lado, que difícil Clausura se nos viene. Al parecer, porque el Club no informa absolutamente nada y todo hasta el momento son rumores, varios futbolistas serán baja para el inicio de esta etapa, algunos, al parecer por meses. Para alivio nuestro, Cristal, Melgar y la U posiblemente estén jugando la Sudamericana en paralelo con la Liga 1. Si es que no ingresamos a ese campeonato, estamos en la obligación de aprovechar para consolidar el anhelado tricampeonato con esa ventaja. A mi parecer, el rival más peligroso es Sporting Cristal. Viene de un triunfo en Bolivia y juega este domingo contra Atlético, donde posiblemente gane y le quite el segundo lugar de la tabla a los del frente, que se juegan el pellejo en Huancayo.
Ahora toca levantar la cabeza y celebrar con nuestra gente el apertura, porque se trata también de un paso importante para cumplir una promesa que se no hizo durante la presentación del equipo a inicios de año: El Tri. Nos vemos este sábado en Matute para cantar y abrazar con el aliento a los muchachos. Acabado el partido será el momento para las críticas, el Twitter y para pedir cambios. Todavía es demasiado pronto para quemar etapas y pedir cabezas.