P(AL)abra Dominic(AL): Sobre los canticos en la popvlar…

De un tiempo a esta parte he notado que los cánticos tribuneros se han quedado en la repetición y en la monotonía. Varios de ellos que vienen desde hace muchos años atrás. He escuchado uno o dos nuevos que, si encajan dentro del momento que vivimos, por reflejar el real sentimiento del hincha frente al equipo. Pero, también algunas que, a pesar de tener una buena letra, no encajan y se cantan con desidia y sin pasión. Veamos.

Cuando, con un grupo de tribuneros, formamos La 20, la banda que se encargaba de musicalizar la popular, también se vivía ese déficit de cánticos que reflejaran lo que acontecía con el equipo. Ya habíamos dejado atrás los 18 años sin campeonar y estábamos a un paso del bicampeonato 2003-2004. Entonces se necesitaban nuevas canciones para estar acorde a los tiempos. 

Analizando la situación descubrimos que los cánticos se dividen en cuatro clases. Primero, los de aliento; segundo, los de empuje; tercero, los de sentimiento; y, cuarto, los de burla a los rivales.

Creo que es obvia la explicación, pero lo mencionaremos para tener más clara a qué nos referimos. Los de aliento son los clásicos canticos para alentar al equipo. Los de empuje sirven cuando el equipo necesita, precisamente, un empuje para remontar un marcador adverso o para sostener un resultado; o, también, para desahuevarlos si están caminando en la cancha. Los de sentimiento son para reforzar el amor del hincha con los colores y se dan cuando ya el equipo está logrando un resultado inamovible. Los de joda sirven para hacerles recordar a los rivales lo insignificantes que son, para la burla y la alegría de la hinchada.

A partir de esto nos lanzamos a componer los temas que se necesitaban. Para tal caso, nos reuníamos para elegir las canciones que servirían de base a los cánticos. Temas populares que sonaban en las radios que por su ritmo, podían servir, generalmente de ritmos cadenciosos, fáciles de ser cantados por la hinchada.

Una vez elegidos, cada quien le ponía la letra adecuada a las que hacían falta, es decir si sería de aliento, empuje, sentimiento o joda. La cantábamos entre nosotros y se hacían las modificaciones necesarias, pero conservando la idea del que la compuso. Luego con el Negro Lucano, el trompetero de La 20, sacábamos las notas de las canciones al oído. Él apuntaba las llaves y las pasaba a los demás encargados de los vientos para su ensayo. Casi todas quedaban hermosas, cuando la cantábamos entre nosotros, pero eso no era definitivo, porque tenían que pasar por la prueba de la tribuna.

Los que en esos años participaron en las previas detrás de la tribuna sur, recordarán que repartíamos papelitos con las letras fotocopiadas. Ahí la gente se aprendía los nuevos cánticos, mientras despertábamos la euforia y la pasión para salir con todo a la popular. Así, tal como iba desarrollándose el partido, se iban lanzando los cánticos ensayados. 

La experiencia nos indicaba que una cosa era cantarlas entre nosotros, donde sonaban perfectas; y, otra, cantarlas con toda la hinchada. Unas prendían más rápido y más fácil, otras no, y se quedaban en el olvido. A veces insistíamos dos o tres partidos, pero casi siempre teníamos que descartarlos porque no pegaban en la tribuna. 

De los casi cincuenta cánticos que pudimos componer, solo quedaron una cuarta parte. Recuerdo la de Matador y Padre Nuestro de Fabulosos Cadillacs, Para No Olvidar de Calamaro, El Murguero de Auténticos Decadentes, Cariñito de Los Hijos del Sol, Te Eché al Olvido de Tony Rosado, entre otras. Pero, también, quedaron atrás cánticos con el ritmo de Muchacho Provinciano de Papá Chacalón, una de Leo Dan  o el merengue más conocido de Cuco Valoy, porque no encajaron en la tribuna, por sus ritmos muy cansinos o muy rápidos.

Como verán no se escatimaban canciones, sean de Rock, Reagge, Cumbia, Merengue o Folklore. Lo que importaba era que tuvieran el ritmo adecuado para ser cantados por la gran masa que conforma la hinchada.

En ese sentido, creo, y esto va a manera de sugerencia, para La Banda del Comando Svr, los muchachos que ahora manejan la tribuna. No basta con sacar un tema y estar insistiendo en la tribuna, como pasa con una que tiene el ritmo de Tu Parte de Delante de Calamaro, que la han lanzado muchas veces y muy poca gente la canta, notándose el poco entusiasmo que suscita, y en vez de levantar los ánimos, desmotiva. 

La hinchada es la que determina si un cántico queda o no, más allá si nos gusta la canción en la que está basado su ritmo. Por este motivo sería bueno que nos pongamos a sacar nuevos cánticos. Elegir los mejores por ritmo y letra, ensayarlos, lanzarlos a la tribuna y ver cuáles quedan o no. La experiencia nos dejara los cánticos necesarios para este contexto que nos toca vivir como tribuneros de la hinchada más popular. 

Por: Martín Roldán

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