Soy hincha de Alianza Lima, que lindo ser hincha de Alianza Lima. Pero ¿qué significa ser hincha? ¿Qué hay detrás de esa expresión? ¿Hay un manual, legislación o decreto que pueda acreditarme como hincha? Por suerte, eso no existe, lo lindo de esto es la libertad con la que uno ejerce su hinchaje.
Día del partido, algunos entran muy temprano con rosario en mano, otros llegan al barrio a compartir historias, algunas cervezas y comida en lo que se acerca el partido, hay quienes llegan de un compromiso con las justas, directo a ver el partido. No importa qué ritual manejes, auténticamente todos somos hinchas de Alianza con las cosas buenas y malas, con los resultados positivos y negativos. Somos y seremos siempre hinchas de Alianza Lima.
Yo lo siento como un vínculo familiar, Alianza Lima es mi otra mamá, mi otro papá, mi otro hermano, mi otro amigo. Ese vínculo que no se rompe en circunstancias difíciles, sino que es ahí donde se refuerza. Por eso, me extraña y apena mucho escuchar o leer como muchos de los hinchas hoy critican letras como “…aquel que no haya llorado, aquel que no haya sufrido…”, pero ¿que acaso en casa nunca se enfermó mamá? ¿jamás papá perdió la chamba que tenía? En esas circunstancias, papá siguió siendo papá; y mamás siguió siendo mamá.
Eso representa Alianza Lima y letras como la que menciono solo nos recuerdan que esto es fútbol, hoy ganas, mañana puedes perder o empatar, les pasa a todos los clubes. Esto no significa que debamos soportar la mediocridad, significa que, aunque el fracaso es una situación indeseable, es parte del camino al éxito. Orgullosos de ser aliancistas hemos llorado de alegría luego del título de 2001 en una definición de infarto, gritamos de rabia luego de perder partidos “ya ganados”. Sufrimos el gol de Estudiantes de la Plata a los pocos segundos en 2010, para luego cantar con júbilo una memorable remontada en ese mismo partido.
Esto es Alianza, orgullo, pasión, hoy estamos arriba, mañana podemos requintar con los resultados, pero siempre estamos y estamos para amar a nuestro club, por encima de los gustos, la situación económica y tantas circunstancias que se pueden presentar.
Por eso también me sorprende como hoy se ha normalizado y masificado la reventa de entradas por parte de los hinchas. Tal vez soy muy purista, pero tengo la idea de que, si te sobra una entrada, como hincha, uno la entrega al precio que la compró, sin buscar nada más. La reventa existió siempre y no va a desaparecer, pero me sienta muy mal ver como hinchas que pronuncian “Alianza por encima de todo”, están vendiendo entradas que “les sobraron” por el doble de lo que pagaron. Perdón al que le caiga ese guante, pero eso para mi no es un hincha de Alianza.
Hay otras formas de generarse ingresos cuando a uno le falta. Cómo podría llevarme un pan a la boca a costa del nombre del club, porque no es solo la reventa, son los pirateros, los que usan el escudo y referencias del club para “hacer su Agosto”, muy ingeniosos que no faltan a la ley, pero le faltan a su club. Alianza Lima es su familia, ¿qué hacen sacándole plata? ¿No es suficiente ya la alegría que nos genera ver a los 11 ingresando al campo defendiendo ese lindo escudo?
Esto no es para juzgar a nadie, es para que lo pensemos todos, todos nos equivocamos y la vida sigue para enmendarlo. Pero si solo miramos a un lado como que no pasa nada; eso no puede ser, blanquiazul.