Han pasado 11 años desde que en aquel “nuevo” Estadio Nacional, Jhonier Montaño centró el tiro libre para que José Carlos Fernández conecte con un cabezazo y se grite un gol de victoria por Copa Libertadores, Alianza Lima venció a 1 a 0 a Nacional de Uruguay.
Posteriormente a esta victoria se vino dando una cadena maldita de derrotas y empates en la competición más importante del continente, pasando por momentos muy duros y críticos que el hincha recuerda como un flashback de toda una vida, las jodas siempre fueron pan de cada día en aquellos años.
Hoy esa racha que jodía, que caía ya espesa, que pesaba mucho y mientras todos pensaban que este año se podía terminar esta racha en condición de local, el equipo del pueblo demostró porque es el bicampeón del fútbol nacional, además del fruto que vienen dando las contrataciones para la planificación de esta temporada.
El jueves, los íntimos de la Victoria salieron desde el hotel con la idea que esta mala racha se corte ese mismo día. “Esa racha de mierda, hoy se corta”, afirmaba un jugador del plantel en una conversación por whats app y fue así. Tras un calentamiento complicado por la lesión del “Santi” García, el 11 iba a tener una modificación de urgencia, dándole toda la confianza a Pablo Miguez quién hizo una labor correcta.
Un primer tiempo inteligente por Guillermo Salas, Alianza Lima espero y fue paciente, ante un Libertad que desde la tribuna parecía que jugaba una fecha más del torneo paraguayo. En el segundo tiempo, las líneas se adelantaron y el bendecido de la noche Aldair Rodríguez anota el primero generando la ilusión en muchos hinchas al igual que el zapatazo de Pablo Sabbag que hizo un recuerdo de Nicolás Tagliani en esa cancha.
Y es que Alianza Lima rompe la racha maldita con su mística y su costumbre de sufrir hasta el último, hoy en el plantel hay ligereza y esperanza de una nueva etapa por vivir. La mochila se sacó y hoy ver hacia el frente es una obligación en el diccionario del proceso de Guillermo Salas.
Por: Gerson Cuba (@gersoncuba2603)