Pésimo partido que no se arregla “recién” empezando a jugar pasado los 80 minutos o entendiendo en los descuentos que se debe ir al ataque. Alianza Lima perdió con Libertad en La Victoria dejando muchas preocupaciones a futuro, pensando incluso en un cupo para la Sudamericana.
El partido comenzó complicado incluso sin jugarlo. La ausencia por lesión de Gino Peruzzi y de Andrés Andrade dificultaron la planificación titular, sobre todo la del “Rifle”, que venía encontrando su mejor versión al punto de ser fijo en cada equipo que presentaba Salas. Aún no hay una información clara sobre su lesión y el tiempo de recuperación, pero esta ausencia sacude mucho más aún en el momento en que se da: A mitad de Libertadores y en medio de la definición del Torneo Apertura. Preocupa porque sus posibles reemplazos no están en buen momento como Cueva o Lavandeira por citar algunos de ellos.
Los números previos de Guillermo Salas en Alianza no están para nada en discusión, pero la prueba de fuego llamada Copa Libertadores lo tuvo de más a menos. Cuatro puntos en los primeros dos partidos, lo visto en Belo Horizonte y lo reciente ante el cuadro paraguayo en Lima si dejó un poco de dudas y ciertos cuestionamientos a su propuesta de juego, más aún con el marcador en contra. Es la primera derrota de Salas en Matute dice la estadística, pero es la derrota que más duele por la pálida imagen que deja Alianza, con individualismos que no funcionaron y un colectivo que nunca se concentró.
Libertad fue superior en el trámite ante un entusiasmado pero desordenado al final Alianza. Tuvo jugadas muy claras que Franco Saravia pudo evitar (una de ellas con la ayuda de Lagos que pudo evitar el gol en la línea). Pero Alianza se fue llenando de imprecisiones y pelotas perdidas, diría de forma muy absurda. Y fue así como llegó el primer gol de la visita.
Partamos porque Sabbag, recostado por la banda, pierde la pelota por querer armar una de lujo, la pelota cae en los pies de Reyna que abusa de la individualidad al punto de perder la pelota. Libertad atacó y la pelota se fue al córner. Tras ese tiro de esquina, llegó la jugada fatal que derivó en el autogol de Santiago García en el momento delicado del partido: El tiempo añadido previo al descanso.
Jesús Castillo pareció devolver la ilusión con un rápido empate que el VAR se encargó de desilusionar. Y todo cuesta arriba nuevamente. Para el segundo tiempo, lo que se esperaba era un cambio rápido por parte de Salas y no esperar a que la situación se siga agravando para recién reaccionar; ocurrió eso. Un error en el control de Castillo permitió que Libertad pueda marcar el segundo y ampliar la cuenta en La Victoria. Recién con el 0 – 2 en contra, Salas reaccionó e hizo ingresar a Cueva, Aldair Rodríguez y Costa por el amonestado Ballón, un impetuoso Zanelatto y un invisible Lavandeira.
Por ahí chispazos de Alianza pero Salas pasó a un 4 – 1 – 4 – 1 dejando un espacio considerable en la volante que bien podría ser aprovechado por la visita para tratar de ampliar la cuenta. Barcos por Sabbag por el último cambio y las ganas del “Pirata” resultaron mejor que lo ofrecido por Sabbag. Es más, el cordobés estrelló un disparo en el travesaño, lo que podría haber sido un bálsamo importante para Alianza en los últimos momentos del partido. Recién el equipo se acordó de jugar en los últimos instantes, pero el gol de Vílchez, al final, no alcanzó.
El de Libertad en Lima, sumado a lo que se había ganado en Asunción, era el partido más importante para Alianza si quería trascender internacionalmente. Pero un mal planteamiento del entrenador complicó todo y ahora, todo cuesta arriba porque toca cerrar con los brasileños: Mineiro en Lima y Paranaense en Recife. ¿Cuál era el objetivo planteado para este año? No lo sabemos, pero ya no queremos más disculpas, no queremos más promesas; hay una realidad que golpea, lastima y la amargura nos la llevamos los hinchas. Duele decirlo, pero jode irse a dormir con una bronca como la de hoy.