Café Pasado #09: Fiebre de sábado por la noche

¿Qué es lo que hace un aliancista un sábado por la noche?                                                 ¡IRSE A MATUTE A ALENTAR!… Luego ya se puede ir de juerga.

Los hinchas del bicampeón se dieron cita para vivir una de las experiencias más bonitas que existe en el mundo del deporte, ver a Alianza Lima jugar de local. Y es que, en el papel, los blanquiazules eran los favoritos, Cantolao no venía para nada bien y, quizá para algunos, no sería un partido llamativo, pero, más allá del buen partido que se terminó presentando, la puesta en escena antes de que se inicien las acciones es lo que termina haciendo de ir a nuestro estadio, todo un espectáculo.

Como es costumbre en la era de Chicho Salas, Alianza iniciaría apretando fuerte arriba para intentar inclinar la balanza desde temprano y lo logró. Permítanme que desempolve los versos…

Andrade cabalga incesantemente ante el verdugo amarillo que le persigue. Su pierna derecha, cual rifle, lanza el esférico largamente, que será enviado al área por un golpe de testa de Basilio, quien se elevó con el último suspiro de su tobillo.

Llegando al corazón del área el cuero encuentra al Jeque y el Jeque encuentra al cuero, quien sutilmente adormece a la bocha con los latidos de su corazón, para luego elevarse por los aires y obsequiarnos una acrobacia digna de mil y un aplausos.

El Jeque recitó poesía en movimiento y se acerca a la grada a festejar aquella temeraria conquista. Luego de la venia respectiva, el Coloso de Isabel La Católica estalla en incontenibles palmas y estrepitosos gritos de ALegría.

Luego de esta acción, algunas claras tendrían los grones y las revoluciones bajarían. Incluso le cederíamos la iniciativa al delfín que, pese a los intentos, no pudo ante la figura de Ángelo Campos ni la férrea marca de Lagos, García, Zambrano y “el reinventado” Aldair Rodríguez.

Ni bien iniciado el segundo tiempo, a los 49’ minutos, aparece por izquierda el quimboso, el peligroso, el que va a un ritmo distinto, el que te hace toda y ahora te hace el gol. Bryan Reyna encara por izquierda, se saca la mala suerte de encima y nos regaló un golazo que sirve de desahogo para él y para muchos de nosotros porque, valgan verdades, nos preocupaba este muchacho, su relación con el gol y la confianza que tome. Que sirva de aliciente para el bueno de Bryan, tiene las condiciones, tiene que seguir. Por el bien de Alianza, por su propio bien.

Con el 2-0 a favor en el electrónico, nos tomamos la licencia de dar descanso a jugadores que tendrán una semana agitada con el partido en Paraguay por Copa Libertadores. El partido se convirtió en un mero trámite y el ingreso de Barcos, Lavandeira y Cueva le daría un aire de mayor sociedad al equipo. Asimismo, momento de suma importancia para los Amasifuén de Paz, ya que Nicolás por fin podría debutar.

Casi llegando al epílogo, apareció el más querido, el mejor jugador de los años 2021 y 2022, el milagro de Bell Ville, el Gardel Blanquiazul, el capitán y líder de este barco. Hernán Barcos Bessone aparece para tomar el balón tras un córner, dormirla en su muslo derecho y pegar un latigazo dirigido a lo más alto del arco visitante custodiado por Christian Limousin. Golazo del Pirata y lo grita la mitad del Perú.

Partidazo que nos tocó vivir y salir a festejar porque es sábado, la noche es joven y los domingos no hay labores. Alianza Lima se ha convirtió en la fiebre de sábado por la noche, contagió a todos y llegó para quedarse en lo más alto del Torneo Apertura.

Para el comando técnico y los jugadores, la alegría dura poco. Ellos ya están pensando en Libertad y cómo por fin sacarnos esa maldita mochila de los 30 partidos sin ganar. Tengan por seguro que así será.

ARRIBA ALIANZA LIMA… TODA LA VIDA.

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