“¡Hola, hijo! ¿Cómo te va? Espero que ya estés mejor.
Ayer, en tu cancha, te paraste muy bien. Hiciste cambios en la pareja de centrales, saliste a proponer, por momentos te atreviste a poner el balón en el piso y… bueno, lo intentaste. Quizá para la próxima te alcance.”
El domingo 19 de febrero del 2023, en el Estadio MonumentAL, fuimos testigos de una nueva edición del clásico del fútbol peruano. Ambos equipos con cambios que sorprendieron a más de uno. En el caso del compadre, la inclusión de Piero Guzmán sobre Williams Riveros y, por nuestro lado, la vuelta de Jairo Concha al equipo titular, el debut de Carlos Zambrano y la inclusión de Pablo Sabbag como inicialista por Hernán Barcos. A estas alturas, podemos decir que nadie, absolutamente nadie, ni Guardiola, puede darle la contra a las ideas de Guillermo Sandro Salas Suárez. Si Chicho me dice que Ballón puede jugar de puntero izquierdo, yo le creo y punto.
Ahora, siendo objetivos, Alianza no hizo un buen partido. Por momentos a la volante le costó mucho mantener el control del balón y, durante varios minutos, estuvimos corriendo detrás de la pelota, tanto es así que le regalamos los primeros 10’ minutos al rival, casi anotando apenas empezó el partido. Recién a los 15’ minutos es que el aceite lubrica todos los engranajes y este equipo tuvo la virtud de ser efectivo. A los 19’, Pablo Sabbag, como todo el partido, repliega hasta medio campo jalando su marca. Gira fácil ante la marca de Di Benedetto, suelta para Peruzzi y empieza a galopar. Nadie lo referencia, todos le miran el número. Gino, bueno como él mismo, desdobla, temporiza y ve que Sabbag le marca el paso. El argentino asiste al colombiano con una sensibilidad propia del contexto para dejar solo al #19 quien la pica sutilmente frente a la salida de José Carvallo. Pablo David Sabbag Daccarett nos recitó poesía en movimiento, nos mostró cómo se realiza correctamente un desdoble, nos dio una clase maestra de fundamentos en el fútbol para regalarnos un golazo que, lamentablemente, no es común ver en nuestro fútbol. ¿Y por qué no es común? Bueno, eso se los cuento en otra oportunidad.
Luego del gol, Universitario aprovechó que la defensa de Alianza estaba floja. Que la victoria no nos ciegue, Zambrano y García cumplían bien con anticipar, pero sufrieron mucho con los balones a la espalda, Rivera los hizo sudar frío por momentos. Quizá sea la falta de partidos juntos, pero a apurarnos porque nos puede pasar factura en el futuro.
El segundo tiempo empezaría con actitud diferente. Tanto es así que, ni bien iniciadas las acciones, Bryan Reyna, desaparecido durante la primera mitad, se animaría a tomar la pelota, ir al frente, evadir a uno y otro, combina con Sabbag que se la devuelve de taco y… el hombro de Carvallo le dice que no.
Ya jugándose el minuto 55’ del complemento, aparece la bendita “Presión ALta”. Salida crema, error en el pase y Ballón llega a interceptar. Recoge Lavandeira quien, nuevamente, combina con Peruzzi y sus benditos pases al vacío. Ballón desdobla y, cuando el pivote toma la banda, suceden cosas… Centro bombeado hacia el medio del área grande y allí estaba “El Gabi”. Control de derecha, bote, disparo y golazo de Basilio. 2 a 0 en el Monumental y el silencio reinaba por todas las tribunas del coloso de Ate. Este gol me hizo recordar las enseñanzas de un ilustre uruguayo que pasó hace no mucho por Alianza Lima: “Cuando el 5 desdobla, algo va a pasar. Eso hasta en Montevideo lo saben…”
Luego de esta acción es que llega la crítica. Y es que Alianza Lima no puede replegarse tanto así esté ganado 5 a 0. Las noches más tortuosas para nosotros se dieron después de tener ventaja y hacernos para atrás. Es así que, en este repliegue, quizá propio del poco rodaje en partidos oficiales, llega el 2 a 1 con un disparo al palo que debió custodiar mejor Saravia. Aún iban a quedar 19’ minutos de ajuste y la U venía envalentonada.
La respuesta de Chicho fue, quizá, un poco tardía, pero efectiva. Cambiar de sistema al 5-4-1, Ballón y Castillo como doble 5, ingresan Míguez, Andrade, Barcos y Zanellatto para darle frescura al equipo. Con esto, señoras y señores, acciones cerradas.
Pese a que hubo acercamientos cremas, la mayoría de los remates eran desviados o se buscaba cortar la jugada en campo ajeno. Asimismo, la calentura de un partido de este calibre, les empezó a jugar en contra a los de Ate. Se armaron distintos conatos de bronca que fueron consumiendo el tiempo adicional y, de los 5 minutos de aumento que se dieron, se terminaron jugando 2’. Ya en estos últimos minutos, como para no perder la costumbre, Carlos Zambrano persigue al recientemente ingresado Piero Quispe. Este último, hábil como él mismo, elude a Zambrano quien, ni corto ni perezoso, lo levanta de una patada por detrás. Roja directa para el León. Resultó hasta gracioso para algunos, pero la verdad es que Carlos debe medir su temperamento en este tipo de partidos. Chicho ya deberá conversar con él durante la semana, pero la verdad, aunque a veces “dormido, cumplió con hacer el trabajo sucio.
Buena victoria en casa ajena… ¿o ya es nuestra casa? Jajajaja…
Nos vemos en el Clausura, Compadre. Gracias por tanto.
ATTE. EL BICAMPEÓN
Por: Leonardo ‘El Potrillo’ Cusirramos