Cuarto partido en la definición del primer lugar. Las íntimas venían con una desventaja considerable tras perder losa dos primeros encuentros. Era necesario ganar este para arrebatarle el título a Regatas Lima, rival que ya nos ha ganado dos veces seguidas.

El primer set iniciaría con una ventaja para el equipo, mostrando de lo que verdaderamente estaban hechas. Un bloque muy fuerte que fue nuestro principal aliado, teniendo de figura a Karrington Jones. Con rallys bastante largos que preocupaban por la falta de acciones rápidas. Muchos errores para el equipo que a pesar de ganar el set (25-20) había regalado 10 puntos.

El segundo, tercer y cuarto set lo definiría en una palabra: decepción. Decepción hacia un equipo que tuvo todo el apoyo a lo largo de la liga, que sabía que su principal rival sería Regatas y no estuvieron bien preparadas. La resistencia que tenían se iba a lo largo de los puntos. La fortaleza mental no estuvo presente, quedaron estancadas en sus propios errores y pensamientos. A pesar de los cambios, los descansos o hasta lo tiempos técnicos nada parecía cambiar lo predecible.

El club le brindó mayor importancia al vóley, lo cual es su responsabilidad, pero el equipo no rindió. Toda la liga estuvimos en un buen nivel, dando guerra hasta el final. Esta es la cuarta vez que se pierde una final, tercera consecutiva contra Regatas. La final es el partido más importante que hay y el que siempre nos cuesta.

Comando técnico y jugadoras identificadas con el club es lo que necesitamos, con corazón. Profesionales que entiendan que perder no es una opción. Necesidad de armar el equipo con anticipación para que no nos pase factura. Nosotros dejando la vida en las gradas, ustedes en la cancha.

A pesar de una dolorosa perdida, tu hinchada siempre estará aquí para apoyarte. Arriba Alianza, siempre escucharán.