CAFÉ PASADO #36: Para tu amor… Todo vale.

“Por eso yo te quiero tanto que no sé cómo explicar lo que siento; yo te quiero con el alma y con el corazón, te venero hoy y siempre gracias yo te doy a ti mi amor por existir” Juanes.

En una noche espectacular Alianza Lima se coronó campeón de la Liga 1 y bicampeón nacional. El último partido del año para los blanquiazules estuvo lleno de emociones, desde los días previos hasta el pitazo final. Tres títulos resumirán esta nota: “Las cábalas” “El Partido” y “Pablo Lavandeira”. Comencemos.

Las cábalas

En los días previos a las dos finales se sentía la emoción, pero sobre todo la ansiedad en esta linda red social. Empezando por la gran cantidad viajeros que emigraron desde la ciudad capital a la ciudad blanca y terminando con los spaces de madrugada porque no se podía dormir.

Particularmente yo, mujer de cábalas e instinto de bruja novata, estuve tranquila hasta que terminó el partido en Arequipa. El 1 – 0 era remontable, sin embargo, sentir cierto aire triunfalista de nuestra parte (OJO, fue percepción mía) activó las alarmas. “Esto no me da buena espina”. Siempre tengo la idea de que no se dice nada hasta que se haga realidad porque podemos terminar tragándonos nuestras propias palabras. El partido no iba a ser nada fácil en Lima y la ansiedad crecía a medida que llegaba el sábado por la noche.

Fue así como desde el viernes empecé a ver las señales. En todos lados veía algo relacionado con la final; y desde la media noche del sábado me dije “No menciono más a Alianza hasta que termine este partido”. Cábala número uno. Para ir a Matute decidí vestir con la misma camiseta de la primera final 2021 porque en ese partido se abrió el arco. Cábala numero dos. Llegué temprano a La Victoria y sur ya estaba casi repleto. La cábala número tres llegó cuando me puse a renegar (el año pasado también sucedió) y pagó pato alguien que no tenía nada que ver (perdóns); justo después de que me di cuenta que estaba ubicada en el mismo lugar de aquella final – 2019. Ni podía mover porque en la tribuna no cabía nadie más.

Con esa mala sensación empezaba la final – vuelta. No podía ser posible.

“El partido”

Cuando no se podía más con los nervios salió el equipo. Ese equipo que llamó a la hinchada de todas las sangres, el equipo que logró llenar Matute a las 11 am, un domingo a las 6pm, un lunes a las 7:30pm; el que pudo ganar en altura después de tanto tiempo y en el momento exacto para seguir sumando; el equipo que decían que ya no peleaba nada salía a la cancha en un marco simplemente hermoso. Y las lagrimas empezaban a salir, por todo lo que había detrás, por la ansiedad y por la emoción de que se iba a vivir una gran final.

Empezó el partido y Alianza se acercaba. Arley en dos ocasiones pudo anotar, pero nos dejaba con el grito de gol en los labios; una falta contra Cáceda nos ponía en la misma situación. El primer tiempo fue duro, pues no llegaba el gol y la tensión crecía. No fue hasta en los últimos minutos de los primeros 45’ que Yordi Vílchez apareció. Justamente él y que bueno que haya sido él. La revancha de “BiVilchez” llegó luego del tiro libre de Pablito Lavandeira y con ello pudo enmendar lo sucedido en la UNSA. En ese momento el estadio se vino abajo y rompimos a llorar, estábamos más cerca de alcanzar la gloria. Solo un pasito más.

Cerrar el primer tiempo con ese gol fue esencial. Salíamos a matar en el segundo y desesperábamos al rival que ya mostraba su frustración con Orzan y Cuesta reclamando todo al árbitro y respondiendo a la hinchada que hacia lo suyo en occidente. Faltaba dar la estocada final y quien remató todo fue nada más y nada menos que…

“Pablo Lavandeira”

En un inicio Pablo Damián no fue del todo bien recibido por lo hinchas por su pasado crema. Poco a poco el 7 demostró ser un gran profesional y terminó enamorándose de la blanquiazul. La entrega de este hombre desde que se puso la camiseta ha sido increíble. Todos lo vimos corriendo y peleando cuando ya no podía más, protegiendo una pelota estando en el piso, tratando de ganar en todas las jugadas. Lavandeira, que no ganó nada con otros equipos tenía la mejor noche de su vida metiendo el gol que lo coronaba campeón. Ni él lo podía creer. Su emoción y sus lágrimas fueron la nuestras. El trabajo y el esfuerzo de todo un equipo terminaba en sus pies. Mi agradecimiento a Pablito va a ser infinita y él ya lo sabe.

Pero aún no terminaba el partido.

Faltaban pocos minutos y Melgar empezaba a empujar porque todavía tenía oportunidad de empatarlo y forzar los penales. Los hinchas ya no podíamos más pero no dejábamos de alentar. Hasta que sucedió. Bruno Pérez miro el reloj y terminó todo. La alegría nos pertenecía, alcanzamos la gloria por segundo año consecutivo y la Victoria era una fiesta un sábado por la noche. El año pasado éramos campeones en el Nacional, este año lo hicimos en nuestra casa y con nuestra gente. Celebración redonda.

El 2022 se cierra de manera excelente. Bicampeones en Liga 1, en Liga femenina, en Super Liga E – Sports; fuimos campeones nacionales en reservas y en divisiones menores. No podía ser mejor.

Desde aquí les agradecemos mucho por leernos y apoyarnos en nuestras notas. Siempre es un placer escribir para el mejor equipo del país.

¡Sigan celebrando, Bicampeones!

Que nunca falte un ARRIBA ALIANZA TODA LA VIDA.

Por: Rita Cristina ‘plumALigera’ Pachas Medrano

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