Alianza ConRazón: La gente de Alianza Lima se va…se va

29 de Noviembre de 1987, el equipo de Alianza Lima que sufriría la tragedia más dolorosa del fútbol peruano juega por última vez en su casa, en Matute, en el Estadio Alianza Lima, el que después se llamaría Alejandro Villanueva.

Aquella tarde Alianza se enfrentaba al Alfonso Ugarte de Puno, Cesar Espino jugaba en al defensa, la linea de cuatro: Espino, Reyes, Farfan y Gino Peña.

Cesar, por su ubicación en la cancha no era un hombre de gol, pero esa tarde, quiso gritar un gol suyo con sus amigos, con los que se les llamaría ”Los Potrillos”, aquella tarde al minuto 34, Cesar se acerca al área contraria y anota el primer gol de la tarde, se abraza con sus amigos, se abrazan por causa suya, se abrazan con alguno tal vez por última vez, nueve minutos mas tarde anota Gino Peña y el Pacho Bustamante iniciando el segundo tiempo, 3 a 0 quedó aquel ultimo partido en Matute.

Para la siguiente semana sería el partido con quienes nos arrebataron el título el año anterior: San Agustín, Cesar Espino sería títular indiscutible, aquel San Agustín que era dirigido por Roberto Challe, con figuras locales importantes como Martín Yupanqui, Jaime Duarte, Freddy Ternero, José del Solar, Roberto Martinez, Claudio Pedraglio y Carlos Castro.

Era 6 de diciembre, los partidos con San Agustín por esos años fueron duros, (nos ganaron la final del 86 por penales), pero esa tarde en el minuto 87, en 1987 en el Estadio Nacional, Carlos Castro y Cesar Espino luchan una dividida, forcejean, se empujan y se arma una broncaza…minuto 87, del 6 del 12 del 87……….un hombre vestido de negro, ve la jugada, se lleva la mano al bolsillo, Espino se lamenta pero aquel hombre le muestra la tarjeta Roja a los dos, Carlos Montalván se llamaba aquel árbitro, literalmente le acaba de dar 35.7 años más de vida a Cesar, Farfán hecho un energúmeno le planta la mirada a Espino y lo pecha, le reclama, sus compañeros lo agarran, “te haces expulsar!”, Cesar solo quería ganar la jugada, aquel domingo Cesar llegó a su cama molesto sin ganas de hablar con nadie, porque su equipo lo necesitaba para el martes, que jugaban en Pucallpa, ganando eran punteros, Cesar se durmió molesto.

El 29 de julio de 2023, 35.7 años después de aquella expulsión , Cesar con 64 años dirigía al Player Villafuerte, salen de viaje a jugar contra el Sport Cuculí en Ayacucho, esta vez no hubo una tarjeta que lo salve, pareciera que el destino de Cesar era morir en una tragedia deportiva, pero como siempre luchó, luchó 10 días, hasta que el 8 de agosto, se cansó, talvez pensó que estar con sus compañeros del 87 sería lo mejor, talvez pensó en pechar a Farfan para decirle “Aquí estoy, amigo!” y que ahora deben estar abrazandose con alegría por el reencuentro, tenía que ser martes 8, tenía que ser una tragedia deportiva, si no no valía, ahora sus compañeros por los que alguna vez Espino lloró desconsoladamente en ese camarín, cuando rodeado de jugadores extraños, veía como se vestían de blanquiazul para reemplazar a sus amigos fallecidos, el no tuvo el valor de salir a jugar aquella noche frente al Independiente de Franco Navarro. Este martes 8 de agosto, Cesar se durmió, se durmió para despertar con Caico, Sussoni, Tomassini, Escobar y Bustamante, con su linea de cuatro: Reyes, Farfan y Peña, abrazarlos como con ese gol al Alfonso Ugarte días antes.

El 9 de mayo de 1991, Cesar Jugaba en el Deportivo Municipal y también salvó de morir, un atentado Terrorista llevó la tragedia al camarín edil,  ese día, una bomba casera disfrazada en un envase de desodorante explotó dentro del vestuario de ‘Muni’. Aquel fatídico jueves, un encargado de la limpieza del Estadio Municipal de San Isidro encontró dicho recipiente cerca a los camerinos y creyendo que pertenecía a uno de los jugadores lo colocó dentro del baño para que lo identifiquen. Cuando culminaron los trabajos, los jugadores vieron extrañados el artefacto y empezaron a jugar con él. Uno de ellos fue el ‘Gato’ Espino. La bomba estallaría instantes después cuando Franklin Allemant, hijo del entonces presidente de la ‘Academia’, repetía el juego junto a Héctor Mathey. Producto de la explosión, este último perdería la vida, mientras que a Allemant tuvieron que amputarle el brazo.

Espino supo salir campeón en el fútbol peruano, en 1984 Sport Boys logró su último título y hubo dos jugadores de formaron parte de dicho plantel con diferente destino: Cesar Espino y Jhony Watson, ambos campeones pasaron a las filas del Alianza Lima, Watson viajó en el Focker y Espino se salvó, son las causas y los azares de la vida.

Solo me queda pensar en la canción de Silvio Rodriguez “Causas y Azares” y poner el nombre de Cesar:

“Cuando Cesar salió a su ventana, no sabía, mi amor, no sabía, que esa luz de la clara mañana, era luz de su último día, y las causas lo fueron cercando, cotidianas, invisibles y el azar se le iba enredando, poderoso, invencible…..”

Descansa en Paz, Cesar, aunque con esa banda…todo era palomillada, lo dudo. Gracias Cesar!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *