Turista en Matute: Para ser campeón, solo hay que ganar

El apertura se acaba y la angustia del rival más cercano se comienza a notar, desde su dirigencia, liderada por un payaso racista que intentó ser futbolista, hasta la hinchada, que ya atiborra las redes sociales con falsos discursos, como que hemos comprado el tricampeonato. Personalmente creo que se equivocan al visibilizar su miedo ante la posibilidad de un nuevo fracaso deportivo (cuando ni siquiera hemos llegado a la mitad del año, faltan varios puntos a jugarse y tienen un equipo que marcha bien). Pero ser mezquino con el rival ya es una consigna conocida de los que, a estas alturas y por las fábulas que leo en Twitter, son los verdaderos traumados.

Desde mi punto de vista, Alianza Lima solo debe preocuparse en ganar. Sumarse a cuestionar el pésimo arbitraje de todas las fechas demostraría la coherencia del club, que desde un inicio se ha enfrentado a la Federación, a su cabecilla y a la implementación del VAR cuando no se tiene personal capacitado para su funcionamiento. Pero eso es secundario cuando nos encontramos tan cerca del final.

Contra Lozano y algunos de sus árbitros, conocidos por llevar dentro la camiseta crema en fotos públicas, Alianza ha sabido demostrar que tiene con qué ganar la primera fase de la Liga 1. No necesita comprar nada porque ya invirtió sus fichas en buenos recambios que nos permiten replantear (aunque últimamente Chicho tarda en hacerlo, finalmente lo consigue y cierra varios picos).

El partido de Vallejo lo ganamos porque Saravia estuvo fino, porque los cambios se hicieron a tiempo y bien (gracias Zanelatto, gracias Castillo, gracias Aldair) y porque tenemos un jugador en el que podemos confiar el corazón cuando otros no están en su mejor partido: Bryan Reyna. Punto final.

Lo que hable la Granja de Zenón (pavos, gallinas y otras especies de nuestra fauna local) solo me sirve solo para corroborar que el fútbol peruano se cae a pedazos y en lugar de profesionalizarse, se acobarda y plantea excusas ante un club que viene trabajando en orden su proyecto deportivo. Cosa que no ocurre con otros clubes, que hasta se decían “modelo”.

En paralelo con estos puntos ya mencionados me gustaría hacer mención también al hincha grone, que fecha tras año abarrota Matute. La caída del 2020 no hubiese ocurrido si ese jugador extra que es la hinchada hubiese estado en su lugar. Por eso es tan importante cuidar y garantizar que partido tras partido vamos a tener el aliento asegurado en las tribunas. La violencia no solo quiebra la voz y parte barras, sino que también desconcentra a nuestros futbolistas, que en estas últimas fechas solo deberían tener como prioridad traernos cuatro victorias locales. Y el resto del tiempo, pensar en cómo pasar a octavos en la Libertadores, que este año podría ser diferente para todos los que soñamos con gritar Arriba Alianza fuera del Perú.

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